Todas las ciudades y pueblos de Europa y España en particular están repletas de elementos de mobiliario urbano. Estos elementos, principalmente los bancos, no siempre esta en sus mejores momentos, con sus características físico-mecánicas degradadas, bien sea por la falta de calidad de sus elementos estructurales (madera), por la falta de mantenimiento que propicio su degradación provocada por los agentes climáticos y biológicos o bien sea provocada por el vandalismo o cualquier otra actividad destructivas del mobiliario urbano.
Los Ayuntamientos se ven abocados a comprar una vez mas los mismos bancos a las mismas empresas para situarlos en los mismos lugares.
A partir del momento de la compra de los nuevos bancos, estos llegan al municipio y son distribuidos en los mismos emplazamientos de los bancos deteriorados, y con dos o tres trabajadores municipales proceden a realizar la obra de retirada de anclajes al suelo, cambiar los mismos por otros nuevos y fijar con cemento los nuevos bancos al suelo. Cargan los antiguos y los llevan a las dependencias municipales donde quedan depositados hasta que un chatarrero se los lleva al precio módico del hierro de chatarra.